El 1 de noviembre del año 82 a.C., Lucio Cornelio Sila, a sus 52 años, se proclamó dictador de Roma. Destacó por su capacidad de tomar decisiones. Sila era un general y político experimentado, conocido por sus victorias en la Guerra Social y la Primera Guerra Civil. Proveniente de una familia patricia, su carrera militar fue brillante, pero también fue un hábil estratega político.
Antes de llegar al poder absoluto, Sila fue cónsul en dos ocasiones y conocido por su dureza en el campo de batalla y su habilidad para manipular las instituciones romanas. Su dictadura buscaba restaurar el orden y dar poder al Senado tras años de inestabilidad. Entre sus medidas más radicales estuvo la purga de sus enemigos a través de las «listas de proscripción», una muestra de su implacable liderazgo.
Recuerda hoy que la firmeza y las decisiones difíciles pueden restaurar el orden en tiempos de caos.
¡Que tengas un buen día! Bene diem habeas!
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