La destrucción de la ciudad de Pompeya se convertiría en un ejemplo sobre la importancia de anticipar riesgos y tomar medidas preventivas para mitigarlos. Se trataba de una próspera ciudad romana ubicada cerca de la bahía de Nápoles, al pie del monte Vesubio. En el año 62 d.C., un fuerte terremoto la golpeó, y aunque los romanos reconstruyeron rápidamente, ignoraron los signos de actividad volcánica.
Diecisiete años después, en el 79 d.C., el Vesubio erupcionó, sepultando Pompeya y Herculano bajo ceniza y piedra pómez. Se estima que entre 13.000 y 16,000 personas murieron en la tragedia. La falta de preparación y previsión amplificó las pérdidas en estas ciudades, que eran centros importantes de comercio y cultura en el Imperio.
Hoy, las ruinas de Pompeya permiten entender no solo la magnitud de la tragedia, sino también la vida cotidiana en una ciudad romana antes de la erupción.
Lecciones de Roma para el mundo empresarial:
- Dedica tiempo a anticipar riesgos: Pompeya ignoró las señales del Vesubio. En las empresas, identificar riesgos estratégicos evita crisis que podrían ser devastadoras.
- Invierte en prevención: Las reconstrucciones de Pompeya no incluyeron medidas para protegerse de futuros desastres. Las empresas deben priorizar recursos para prever y mitigar problemas.
- Aprende del pasado: La erupción mostró las consecuencias de ignorar advertencias. En el ámbito empresarial, cada error debe convertirse en una oportunidad para mejorar.
Recuerda hoy: Prever lo inesperado y actuar con prudencia fortalece a cualquier organización. La planificación no evita todas las crisis, pero minimiza su impacto.
¡Que tengas un buen día! Bene diem habeas!
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