El 29 de octubre del 312 d.C., Constantino comenzó los planes para la fundación de Constantinopla, la ciudad que uniría Oriente y Occidente, convirtiéndose en la capital del Imperio Romano de Oriente. Esta ciudad no solo fue un centro político, sino también cultural, donde las influencias de ambos mundos se mezclaron. Constantinopla fue construida para ser inexpugnable, con enormes murallas, y se convirtió en un símbolo de poder y longevidad.
¿Qué legado de fortaleza y visión estás construyendo? Constantino nos enseña que la planificación a largo plazo puede asegurar el éxito y la permanencia.
Recuerda hoy que las decisiones que tomas pueden construir los cimientos de tu futuro.
¡Que tengas un buen día! Bene diem habeas!